SOMOS PIEL
Hay caricias que consuelan, y las hay que alientan. Otras alivian, algunas, reconocen, las hay que desatan el deseo. Hay caricias vestidas de pasión y las hay con sabor de amistad y ternura. Las caricias expresan un amplísimo rango de significados: gratitud, compasión, esperanza, reconciliación, complicidad, perdón. Porque nacen tanto del instinto más arcaico, que busca el contacto con el otro para saberse protegido, como de la expresión de la conciencia más elevada y de entrega al otro.
Precisamente porque en la caricia convive lo animal y lo humano nos recuerda que somos piel, que somos materia, pero también nos abre la puerta a momentos de transcendencia. Quizás por ello decía Paul Valéry que lo más profundo que tenemos es la piel: el recuerdo de los mimos y arrullos de la madre; de los abrazos del padre; de los besos y caricias del ser amado; el tacto de la piel de nuestros hijos, forman parte de las memorias más valiosas que nos acompañan. También la caricia que nos brinda la naturaleza: el tacto de la tierra, de la corteza del árbol, los pies sobre la hierba, del agua, del manto del cachorro, los pasos en la arena……cualquiera de ellos, nos relajan, despiertan nuestra paz interior y alegría, porque nos remite a lo esencial.
Del libro “La Buena Vida” de Alex Rovira
Hola Ana, me encantan tus escritos llenos de sentido que llegan a mi corazón y me resuenan, te mando una caricia llena de ternura amiga!! Monica
Gracias Monica, todo lo que se escribe de corazón llega y nos resuena, un abrazo enorme